La Imagen de la Virgen de Guadalupe, emite suaves y delicados destellos de luz, indicando la importancia sobrenatural de Su Presencia en este Manto de bendición para todos Sus hijos y fieles devotos que se cubran con Fe y confianza con el Manto como un escudo contra la asechanza de los demonios y almas malditas y cuando oremos, pero Ella es Reina de todos los ángeles: del Cielo y del infierno.
Muchos casos de ataques infernales, que pueden ir desde el merodeo, la infestación y hasta la posesión, encuentran esperanza cierta de su liberación en este Manto de Bendición.
Así como Jesús sanaba a los enfermos, la Santísima Trinidad ha constituido a la Virgen María en la Gran Señal de estos tiempos, le comparten Sus Poderes y es entonces Medianera de todas las Gracias: del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Nuestra Madre es sabedora de que muchos de Sus hijos padecen enfermedades y males físicos. Como Madre de los mexicanos y de la Humanidad, no nos deja solos, y como en el Ayate, nos manifiesta Su Realeza y Maternidad divina y tiene el vivo deseo de que como Su Pueblo, nos sanemos y recobremos nuestra Fe, Amor y Confianza en Ella, a Quien Jesús, Su Divino Hijo nos dejó como Madre, cuando el Santo Apóstol Juan estaba con Ella al pie de la Cruz de salvación, y le dijo: "Madre, he ahí a tu hijo; y a Juan le dijo, hijo, eh ahí a tu Madre". Juan representaba a todos los hijos de la Madre a quien Su Divino Hijo nos legó como Madre de la Humanidad.
En Sus Mensajes y Apariciones, como con los Apóstoles, la Virgen nos quiere conducir a Su Hijo Jesús, Ellos siempre están unidos. La figura del Trébol de cuatro hojas, es la representación real de Su Hijo, o "Tonalí".
"el verdadero Dios por quien se vive". La Virgen de Guadalupe o la Mujer vestida del Sol, es la misma que refieren los capítulos 12 y 13 del Apocalipsis. El Manto nos ayudará a lograr este propósito de conversión a Dios y Su Ley Divina.
Todos hemos visto el Trébol de cuatro hojas en el Vientre de la Virgen de Guadalupe, esta embarazada del "verdadero Dios por quien se vive", por eso se aprecia el destello suave y delicado que emite.